A la hora de plantearse un proyecto de rfid, uno de los pilares básicos es la selección de la etiqueta o tag, para lo que habrá que determinar no sólo la frecuencia de trabajo sino también el soporte físico de la misma.
Podemos encontrarnos con diferentes tipos de soporte físico en función de la aplicación que estemos estudiando, desde el clásico soporte de etiqueta autoadhesiva, hasta los soportes físicos con forma de pulsera, llave, llavero o pieza plástica a atornillar sobre el producto o envase. El encapsulado también está condicionado por el entorno ambiental en el que van a tener que trabajar los tag, que implicará determinadas características, tales como impermeabilidad, resistencia a altas taemperaturas, etc.